A menudo no se da suficiente importancia al bienestar y la salud de nuestros pies, lo que, si se descuida, puede acarrear problemas más o menos graves. Los pies no son sólo un apoyo que nos acompaña paso a paso en nuestros paseos, son la base de la que parte nuestro bienestar físico y nuestro equilibrio. Los distintos tipos de podología se ocupan del cuidado de los pies, ya que no prestarles la atención adecuada significa encontrarse con problemas.
La podología es una rama de la medicina que se ocupa de todas las patologías del pie, y de los miembros inferiores en general, orientando la atención al paciente a través de una vía de prevención, diagnóstico y tratamiento. Entre los distintos tipos de podología, encontramos Podología Pediátrica, Podología Geriátrica, Podología Deportiva, Podología Diabética, Podología Reumática, Podología Angiológica, Podología Neurológica.
Para conseguir un buen resultado, es esencial recurrir a un profesional en la materia. A quienes, como resultado de sus estudios específicos, pueden curar cualquier problema, devolviendo el bienestar al paciente.
La importancia de la podología
La podología se creó para garantizar el bienestar del pie en todas las etapas de la vida, desde la edad pediátrica hasta la geriátrica. De hecho, son muchas las situaciones que afectan a nuestros pies y que requieren el tratamiento de un especialista, el podólogo.
Los pies rara vez son el centro de atención cuando se trata de cuidados médicos. Sin embargo, son cruciales para la salud. Tanto la medicina occidental como la oriental, reconocen la importancia del cuidado adecuado de nuestros pies, de la salud de los pies depende la salud de todo el cuerpo.
En general, las patologías que afectan al pie son muchas y pueden tener diversas causas. Pueden ser consecuencia de acontecimientos traumáticos o de enfermedades preexistentes, como enfermedades vasculares, neurológicas, pero también reumatológicas y ortopédicas. Muchos pueden acarrear consecuencias graves e incapacitantes para el paciente, como el pie diabético, una afección muy dolorosa para quienes la padecen. La principal tarea de todos los tipos de podología es, por tanto, tratar las diversas patologías del pie, mejorando todos los aspectos y, sobre todo, prevenir las complicaciones.
¿Qué es el podólogo y su función?
El podólogo es una figura profesional cuyo principal cometido es intervenir directamente sobre los pies. También puede ser de gran ayuda en la prevención de futuras patologías. Puede ayudar a remediarlas, aconsejando, sobre todo en la infancia, el uso de plantillas específicas que pueden ayudar a trastornos y problemas también relacionados con una postura incorrecta. Por último, es deber del podólogo identificar e informar al médico de cualquier sospecha de afección patológica que requiera una investigación diagnóstica o una intervención terapéutica adicionales, que no sean puramente podológicas.
Es cierto que la figura del podólogo desempeña un papel diagnóstico y curativo, pero quizá la función principal sea la educación sanitaria hacia las personas con mayor riesgo de padecer patologías del pie, como los diabéticos o los que sufren enfermedades reumáticas.
El podólogo no trata problemas estéticos, al menos no directamente, sino que interviene en patologías del pie o problemas causados por patologías más graves, como el pie diabético. Todos los tipos de podología, por tanto, tratan todos los problemas que puedan surgir en el pie, como enfermedades o lesiones de las uñas y de la piel del pie, callosidades y verrugas, consecuencia de enfermedades metabólicas, como la diabetes, enfermedades vasculares, ortopédicas o reumatológicas. El podólogo analiza el pie, su morfología, evalúa la postura y mucho más.
¿Qué servicios presta un podólogo?
Para lograr una definición correcta del problema, primero es necesario realizar un examen objetivo completo del pie.
Las sesiones en el podólogo no son dolorosas ni invasivas. Las técnicas y métodos utilizados se diversifican en función de las necesidades y patologías de cada individuo. El podólogo utiliza materiales estériles y desechables y, tras evaluar detenidamente la edad del paciente, su patología y su calzado actual, prescribe y fabrica distintos tipos de plantillas.
El podólogo trata a cualquier persona que necesite sus cuidados, desde problemas menores, como uñas encarnadas o mal cortadas, hasta afecciones más graves, como problemas vasculares, pasando por problemas posturales y mucho más. Los tratamientos son aptos para todo el mundo, gracias a su suavidad y eficacia.
Es muy recomendable hacer la primera visita en la infancia, o, mejor dicho, las visitas que se hacen a los niños son las que traerán excelentes resultados y resolución de problemas. No obstante, se recomienda un examen podológico a cualquier edad.
Un buen podólogo es capaz de complementar la intervención médica a nivel de prevención, tratamiento y rehabilitación en numerosas situaciones: alteraciones biomecánicas estructurales y funcionales, tratamientos durante y después de la cirugía, úlceras tróficas. En la primera visita, el podólogo recoge una serie de datos útiles sobre el paciente, le invita a tumbarse para analizar la forma del pie y, tras realizar un par de pruebas, el especialista pasa a utilizar la plataforma baropodométrica, con la que se valoran las principales deformidades. Después, el profesional elegirá el tipo de intervención, bien mediante examen biomecánico o mediante tratamiento. El examen puede durar entre 30 y 60 minutos, si hablamos de una revisión postural y biomecánica.
Como se ha subrayado varias veces en este artículo, es de suma importancia acudir a profesionales expertos. El centro médico privado Medcare Health & Beauty de Valencia cuenta con especialidades médicas muy innovadoras de las que todo el mundo puede beneficiarse iniciando un tratamiento y recibiendo una atención personalizada. Encuentra más información sobre los tratamientos en la web de nuestra clínica y pide ya tu cita con el podólogo.