La reducción mamaria, elimina el exceso de grasa de las mamas. Esta intervención está recomendada para pacientes con mamas grandes, con el objetivo de reducir sus molestias y mejorar la apariencia.
Esta pequeña intervención va dirigida a mujeres con dolor crónico de espalda, cuello o hombros, ocasionado por el peso de las mamas. También a mujeres con complejo por su volumen de pecho, a aquellas que no realizan actividad física, a las que no encuentran ropa interior de su talla o les es complicado vestir por su voluminoso pecho y alas que sufren erupciones cutáneas bajo los senos.
¿Cuándo someterse a una reducción mamaria?
Los profesionales recomiendan disminuir el tamaño de las mamas cuando sea posible, es decir, el paciente debe de esperar a que el pecho haya acabado de desarrollarse por completo para someterse a la operación de reducción mamaria.
La mejor época para realizarse una reducción mamaria es en invierno, para evitar la exposición directa del sol sobre la zona, la sudoración en exceso y la incomodidad del vendaje. De este modo, tendrá una rápida recuperación y le sobrará tiempo para restablecerse y llegar perfecta al verano. Así, podrá lucir el bikini sin ningún problema. Para las más coquetas, supone una ventaja porque en invierno, llevamos más capas y los vendajes pasarán desapercibidos. ¡Nadie se enterará!
La cirugía se deberá de posponer cuando la paciente experimente pérdida de peso, ya que los cambios de peso afectan de forma directa a estas operaciones, influye en el volumen de los senos. También está contraindicada para aquellas personas que se encuentren embarazadas, debiendo posponer la intervención para evitar problemas con la lactancia materna.
En qué consiste la intervención de la reducción mamaria
El objetivo principal de esta operación es eliminar los malestares físicos y psicológicos, reducir la carga física y lograr un tamaño de los senos proporcional al cuerpo de la paciente.
En la primera cita con el cirujano, se le realiza un estudio mamográfico al paciente donde se le exploran los pechos, para decidir y evaluar la forma, el tamaño y la textura de la piel. En esta cita, también se define como serán las mamas de la paciente una vez acabada la intervención.
El primer paso de una reducción mamaria es el pinchazo de la anestesia general. Y a continuación empieza la operación, cuando el cirujano realiza una incisión alrededor del pezón y de la areola y debajo de la mama. Para posteriormente, retirar el exceso de tejido, grasa y piel de la mama para reducir el tamaño de cada pecho. Y con ello, se da forma a la mama y se reconstruye el pezón y el área a su alrededor (areola). Ya que en el caso de que se intervengan pechos muy grandes, es posible que el cirujano quite estas partes y agregue un nuevo pezón. El cirujano pretende que las mamas queden iguales, pero es posible que varíen un poco en forma y tamaño. Lo que no varía es la sensibilidad de los mismos.
Después de la reducción mamaria, los pechos se cubren con vendajes y se coloca un sostén de comprensión para mantenerlos en su lugar y evitar que se modifiquen lo mínimo posible. En ocasiones, los médicos recomiendan la colocación de una sonda debajo de cada brazo, para extraer el exceso de sangre o líquido.
Si sientes sensibilidad en la zona de las mamas, inflamación o hematomas, debes saber que es totalmente normal los primeros días después de la reducción mamaria. No obstante, los profesionales recomiendan los antinflamatorios para aliviar cualquier tipo de dolencia.
Es una intervención sencilla, el paciente se va a casa, si todo va bien el mismo día. La intervención dura entre 120 y 180 minutos y se realiza con anestesia general.
Ante una reducción mamaria, las pacientes necesitan entre una o dos semanas para recuperarse. Al principio, se recomienda que las mujeres que han pasado por esta intervención duerman boca arriba. También, es importante curar bien la zona, evitar tocar la herida con los dedos y exponerla al aire libre. Al igual que no se debe de exponer al calor durante un mínimo de seis semanas. No se deben de tocar los pechos hasta que el cirujano lo indique, ya que él es quien debe de informar al paciente de cuando se deben de retirar los apósitos y retirar el sujetador de compresión especial.
También es importante, que el paciente cumpla con las indicaciones del médico, y por lo consecuente no realice ningún tipo de actividad física durante las 4 o 6 semanas siguientes a la reducción mamaria, para la correcta cicatrización de las mismas.
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